jueves, 10 de octubre de 2013

Situaciones imprevistas....Oh!

Me gustaría hablar hoy de la situación súper incómoda: cuando l@s niñ@s ven a su padre y su madre (o a otros adult@s), teniendo relaciones sexuales.

Esto es algo que debemos intentar evitar, ya que las relaciones sexuales eróticas corresponden –o deberían hacerlo- exclusivamente al mundo adulto. Mantener este tipo de orden en el hogar (o espacio físico que habite la familia), es responsabilidad de l@s adultos e implica un cierto compromiso por respetar espacios y tiempos apropiados.
Es saludable incluso mantener las relaciones sexuales en la intimidad de una pareja incluso cuando l@s hij@s ya son mayores y comprenden la situación: por un lado para mantener la privacidad y por otro por una convención social que esconde las relaciones sexuales de los progenitores incluso en la adultez.

Aun teniendo ciertas precauciones y cuidados, la situación incómoda que antes mencioné, puede suceder como imprevisto. En este caso, no debemos alarmarnos. Si lo hacemos transformaremos una situación incómoda, en una traumática y revuelta.

Si el/la niñ@ tiene 1 año o menos, podemos evaluar la alternativa de no ahondar en la experiencia, pero si es mayor es probable  haya sumado a lo que presenció un poco de imaginación, por lo que no es recomendable hacer de cuenta que nada pasó y dejar que simplemente el tiempo haga que la experiencia se olvide. Por el contrario abordar la situación con calma es lo ideal. Cada caso es único, porque obviamente no es algo planeado. Pero es importante que el/la niñ@ entienda que lo que vio/escuchó no fue algo violento, sino que son códigos distintos a los que está acostumbrado para demostrar cariño entre una pareja de adult@s.

Debemos hacer un esfuerzo por estar serenos y no ponernos nerviosos al hablar, porque queremos transmitir un mensaje que no es terrible, ni prohibido: las relaciones sexuales son placenteras, amb@s participantes se involucran activamente por su propia voluntad. Podemos explicar que nos sentimos un poco avergonzados porque es algo que nos gusta mantener privado, como otras cosas también se reservan a la intimidad. Para cada caso, debemos evaluar las particularidades y sincerarnos diciendo lo que pensamos.  







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