Muchos padres y madres se preocupan porque en el futuro sus hij@s sean
heterosexuales. Y generalmente ponen mucho empeño en que no tengan ninguna
desviación de lo que se considera normal: es decir que le atraigan personas del
sexo opuesto, relativamente de su edad, de una clase social determinada, color
de piel, etcétera.
Esta preocupación es natural, al igual que nos preocupamos porque
nuestr@s hij@s elijan el camino del “bien” en otros aspectos. Ahora me
pregunto… ¿Qué tendrá de malo elegir la orientación sexual libremente? ¿Cual es
la parte “mala”?. La orientación sexual es un aspecto importante de la
identidad de una persona, y es una cuestión compleja. No implica solamente las
prácticas que tiene un ser humano, sino también sus deseos y fantasías. Este
último plano de lo que permanece en nuestro imaginario es difícil de evaluar,
juzgar y encasillar…. cómo si podemos hacer con las acciones. Es por esto
que según mi punto de vista, la orientación sexual de un individuo tiene una
definición más amplia que el sexo biológico de las personas que le atraen, ya
que también hay otras características de relevancia (tanto características
físicas como la altura, o el color de piel, como características de la
personalidad y el carácter). La orientación sexual es “lo” que nos atrae
sexualmente.
Vivir una sexualidad plena, implica tener conciencia de las cosas que
nos provocan placer, y aceptarnos. Por eso, como padres y madres deberíamos
preocuparnos más por este aspecto, de que nuestr@s hij@s se conozcan, se
quieran y se acepten y hacerlo nosotros también.
Al igual que otros componentes de la identidad, la orientación sexual se
construye hilando todas nuestras vivencias, Por lo que es imposible conseguir
una receta para que nuestr@s hij@s decidan según nuestra voluntad. No son las
madres sobreprotectoras, las infancias complicadas, ni la ausencia de una
figura paterna los disparadores de conductas homosexuales. Ni tampoco el
contacto con el universo del género opuesto -niños jugando con muñecas, niñas
jugando al fútbol. Tampoco se define en un momento único, se descubre a medida
que el individuo crece: porque tiene que ver con el descubrimiento del placer
sexual. De pequeñ@s esto se refleja en la influencia de los pensamientos e
ideas en el registro corporal. Cosas que nos gustan de otras personas, que nos
hacen sonreír, sensaciones nuevas. Y no es que los seres humanos sean
heterosexuales per-se de nacimiento, “de fábrica”, es también una orientación
sexual elegida. Tal vez con más incentivo de la sociedad, pero elegida al fin.
L@s invito a penalizar menos las actitudes de l@s niñ@s en este área, no discriminar sus ideas y actitudes, para darles libertad de que puedan tomar decisiones auténticas a su sentir, y reflexionar sobre el tema.
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