martes, 27 de agosto de 2013

La verdad... ¿Hasta qué punto?

Yo defiendo el uso de la verdad, cuando nos dirigimos a personas de todas las edades. Pero siempre hay que tener criterio antes de exponer información, y evaluar si esta puede ser perjudicial para una persona, si puede ser violenta, dañina, confundir a la persona, etcétera. Más aún si el interlocutor es un/a niñ@. Un filtro con buenas intenciones, que proteja a l@s pequeñ@s y favorezca su desarrollo saludable es una herramienta esencial para la crianza respetuosa.

Hay muchas situaciones en las que dudamos que cosas podemos decirles a nuestr@s hij@s, cuales van a comprender, cómo van a reaccionar, etcétera. Mi opinión es siempre pensar en el bienestar de el/la niñ@. Algunas situaciones en las que no pensamos en ell@s, y ocultamos la verdad para protegernos a nosotros mismos no son recomendables. Un ejemplo es evitar el uso de la verdad para no ser juzgados.  Otra situación no recomendable es cuando subestimamos su capacidad de comprensión. Explicar algo a un/a niñ@ aunque no comprenda la totalidad de los aspectos, es productivo porque ell@s alcanzan su propio umbral, valiéndose del mayor nivel de complejidad de la información que les es posible. Probablemente, si tienen dudas pidan más detalles o que se repita alguna parte de la explicación. En caso de que consideremos que los asuntos son complejos, podemos preguntarles que han comprendido, pedirles que ell@s mism@s expliquen la situación a un tercero, o retomar los temas más adelante para asegurarnos de que no haya mal entendidos fatales.

En cuanto a las situaciones donde sí se justifica “guardarnos” la información, son aquellas que refieren a situaciones exclusivas del mundo adulto como pueden ser peleas de pareja complejas y motivos de divorcio, situaciones legales particulares; situaciones violentas y o devastadoras a nivel emocional; y situaciones en las cual demos motivos a el/la niñ@  se pueda ver agredido innecesariamente.

Me gustaría recibir sus opiniones/experiencias acerca de este tema.











martes, 20 de agosto de 2013

Control de la información

La construcción de la identidad comienza junto con  el origen de la vida y no se detiene nunca, aunque es más plástica durante la niñez y adolescencia. Durante este proceso las personas son influenciadas por TODA la información que reciben. No sólo las cosas que nos son dichas explícitamente, sino también las actitudes, las rutinas propias y de l@s que nos rodean, los mensajes que recibimos de los medios de comunicación, y otro montón de elementos cotidianos. Así que son muchos estímulos que aportan a nuestra construcción personal.

Habitualmente nos preocupa en sobre medida el contenido de estos mensajes y estímulos que reciben nuestr@s hij@s sobre las cuestiones relativas a la educación sexual. ¿Debería saber un/a niñ@ de 3 o 4 años qué existe la homosexualidad, la poligamia, el travestismo, etc? ¿Hasta qué punto conocer la diversidad? ¿Puede alguien decirle a mi hij@ a que edad se puede tener novi@, tener relaciones sexuales o casarse? ¿Cómo va a entender de dónde nacen l@s bebés, qué es el incesto, o qué es la prostitución?

Me gustaría destacar que aunque sí es importante tener cierto control sobre la información que reciben nuestr@s hij@s, no es necesaria (ni saludable) la sobre protección. Lo que es fundamental es tener un diálogo abierto y frecuente que nos permita discutir y reflexionar sobre las situaciones vividas o cualquier estímulo recibido por el niñ@ (o en conjunto), y protegerlos sí de aquellos mensajes que consideremos en contra de nuestros valores supremos (por ejemplo la violencia). También podemos controlar en la edad preescolar y escolar los contenidos que miran por televisión, ya que estos pueden tener mensajes muy variados, muchos de ellos con los que estemos en desacuerdo. No hay que temer de los mensajes relativos a la educación sexual que puedan recibir en la escuela,  o de parte de miembros de la familia. Es mejor que escuchen la información, mensajes y/o opiniones de estas personas, y luego explicarles que nosotr@s pensamos diferente, y argumentar a favor de nuestras ideas de forma clara y comprensible para un/a pequeñ@. “cuando seas mayor lo entenderás”, “no puedo explicártelo ahora” y “eres muy pequeñ@ para hablar de estas cosas” son frases que debemos evitar, SIEMPRE hay un modo de explicar las cosas adaptadas a la capacidad de comprensión de cada niñ@.

Debemos tener siempre en cuenta que l@s niñ@s NO se pervierten ante el conocimiento de información. Es debido ser sinceros con ell@s, y hablarles en términos de la verdad tanto cuando vienen con preguntas directamente, como cuando entendemos que no comprenden una situación en particular. Nadie nace conociendo todas las realidad, así que a su tiempo irá conociendo y apropiándose de la diversidad del mundo: creando sus propias opiniones y sus límites del bien y el mal. Será poco a poco, pero inevitablemente sera así que permitamos que suceda de la forma más saludable posible.




martes, 6 de agosto de 2013

Rutina y ruptura

Ya que el sentido común es el menos común de todos... Me gustaría presentarles una forma de pensamiento crítico para evaluar el estado de salud de l@s pequeñ@s que nos rodean y de otros seres vivos.

Lo primero que quiero destacar es que para notar el cambio o la ruptura, hay que conocer de antemano la rutina. Es decir, conocer con detalle nuestro cuerpo, y/o el de nustr@s pequeñ@s en este caso, es fundamental para descubrir señales que puedan estar indicando que algo anda mal. Lunares, manchas, texturas, colores, temperaturas... para saber si algo de esto cambia, hay que conocer su estado original. Si se detecta un cambio que nos provoque dudas de si es saludable o no lo es, SIEMPRE hay que consultar con un profesional. La mayoría de las veces no es nada de qué preocuparse, pero mejor obtener la información de un pediatra de nuestra confianza. Sugiero no chequear sitios web remotos, ya que muchos son confiables, están desactualizados, y muchas veces la información que tienen  puede interpretarse de varias maneras.

Al igual que con el cuerpo, conocer el comportamiento, las actitudes, reacciones y expresiones de el/la niñ@ es imprescindible para notar los cambios propios de cada un@ y poder dar el apoyo necesario. Es importante tener presente que durante la niñez se dan muchos cambios naturales, ya que es en esta etapa que a medida que l@s niñ@s se apoderan de diversos conceptos y emociones, se construye la personalidad. Pero no por esto tienen que pasar desapercibidos.

Es importante identificar si los nuevos comportamientos se deben a alguna razón en particular.... Cambios en la alimentación, en la rutina diaria, en la estructura familiar, etcétera, el motivo puede explicar muchas veces el cambio. Además, estos pueden ser saludables o no, por eso debemos prestarles atención y hablarlo con l@s niñ@s, y observar el “volumen” del comportamiento, es decir con cuánta intensidad y frecuencia se da. Con un poco de atención, podemos conseguir información extra que nos ayuda a entender mejor a l@s pequeñ@s y nos ayuda a estar más disponibles para ayudarl@s.



sábado, 3 de agosto de 2013

Un mundo debajo de faldas y pantalones...

En el mundo actual existen muchos tabúes respecto a la sexualidad, pero uno de los más fuertes es respecto a la genitalidad. Las partes íntimas, tienen una carga asociada de prohibición que se instaura en nuestra cultura desde tiempos remotos junto con el monoteísmo (la historia de Adán y Eva, la manzana prohibida). Lo prohibido genera curiosidad e incluso atracción.

Si pensamos en niñ@s muy pequeñ@s (por ejemplo entre uno y dos años de edad) es natural que no sepan qué es lo que se esconde debajo de pantalones y faldas de las demás personas.Incluso a lo largo de la infancia, adquieren esta información de forma paulatina y generalmente muy pobre. La curiosidad que esto despierta en ell@s es natural y saludable. Por eso hay situaciones en que l@s niñ@s le bajan los pantalones a sus compañerit@s de clase, o los suyos propios para exhibir sus genitales, intentan tocar las partes sexuales de otras personas, etc.

Mi recomendación es dejar de ver estas situaciones como terribles, ya que al fin y al cabo los genitales son también partes del cuerpo. Tomar las riendas de la situación explicando que son partes sensibles, que hay que cuidarlas con especial cuidado. La intimidad es un concepto dificil de entender para algunos niños, pero se puede conversar muy bien y discutir con ellos las ventajas de la misma. Si en nuestros valores la intimidad de los genitales no es central, podemos plantearles a l@s niñ@s que hay otras personas a las que no les gusta o no les parece adecuado.

Para que la curiosidad sea satisfecha es positivo enseñar imágenes de genitales. Siempre es requisito elegir las imágenes antes de enseñarselas a l@s niñ@s y de ser posible elegir imágenes de penes y vulvas de niñ@s para que reconozcan lo que ven, y puedan manejar la información con claridad.  Una actitud precavida puede ser incluir en los juguetes de l@s pequeñ@s muñec@s sexuados... estos permiten tomar contacto con las diferencias en el cuerpo y también pueden ser un insumo para iniciar conversaciones respecto a la genitalidad si se desea.