martes, 21 de mayo de 2013

¿¿L@s niñ@s se tocan??

Si señores y señoras: ¡l@s niñ@s se tocan!



Es muy común que l@s niñ@s en algún momento descubran que tocarse (acariciarse, mimarse, frotarse...) los genitales les provoca placer. Este probablemente sea su primer contacto con el placer sexual, y puede darse entre los 6 meses y los 5 años de edad. En l@s más pequeñ@s se da de forma sutil, por ejemplo cuando rozan una pierna con otra o en situaciones esporádicas casuales como cuando un adulto l@s hamaca sobre la falda. A partir de los 3 años, aparecen formas más directas de estimulación, por ejemplo frotarse contra el borde de la silla, o incluso tocarse con las manos.


Según mi opinión, este comportamiento no debería llamarse masturbación, o al menos no debería asociarse a la masturbación de adolescentes y/o adult@s. Sus características e intenciones son muy diferentes.


Es importante no alarmarse ante este tipo de actitudes -ya que no están relacionadas en absoluto con la perversión- y por el contrario, aprovechar la oportunidad para explicarles a l@s niñ@s que estas cosas pertenecen al círculo de lo privado. Podemos tomar otros ejemplos en relación a la genitalidad y lo privado, y así ayudaremos a prevenir otro comportamiento frecuente que se da cerca de los 3 años que es mostrar los genitales a sus pares. En la vida cotidiana hay muchas acciones que l@s adult@s entendemos que pertenecen (y/o deben pertenecer) exclusivamente al círculo de lo privado, pero l@s niñ@s deben aprender esto con nuestra ayuda. Es bueno estar atent@s a la frecuencia con la que observamos que l@s pequeñ@s se tocan, si vemos que los estímulos son excesivos, deberíamos consultar con un profesional. Esto es lo mismo que pasa con otros comportamientos, son completamente saludables en cierta medida, pero no lo son cuando se excede un límite.


Algunos consejos que pueden ayudarnos a educar la comprensión de la privacidad y la intimidad de l@s niñ@s son los siguientes: si el/la niñ@ tiene un cuarto propio (o compartido con un/a herman@), debemos darle cierta privacidad a su espacio. Golpear la puerta antes de entrar es una buena rutina (claro que en situaciones normales, y no cuando pensemos que existe algún tipo de peligro dentro), también es bueno permitir que el o ella tome decisiones, por ejemplo sobre la decoración del ambiente.

No hay comentarios:

Publicar un comentario