jueves, 30 de mayo de 2013

L@s niñ@s no deberían guardar secretos

Los secretos son algo más delicado de lo que podría pensarse a simple vista. Sobretodo si hablamos de niñ@s pequeñ@s, los secretos son un tanto peligrosos. Son armas filosas.

A nadie le gusta pensar que en este mundo en el que vivimos existe el abuso infantil, pero es un hecho. Sucede en todas las clases sociales: “hasta en las mejores familias” como dice el dicho. Como adult@s somos responsables de tener esto en cuenta, para estar alerta.

Prevenir el abuso es algo que debemos incorporar a nuestra rutina, debemos tener un lenguaje y una actitud que colabore constantemente con dicho fin. Podemos empezar por familiarizarnos con la idea de que l@s adult@s no deberían pedirle a l@s niñ@s que guarden secretos. Incluso si algunos pueden ser muy ingenuos, no es una rutina saludable. Debemos destacar esto en palabras, para que en caso de que algo extraño este sucediendo, o que alguien les pida que determinada situación se mantenga en secreto, l@s niñ@s puedan acudir a una persona adulta de confianza y contar los hechos -que pueden no tener ninguna relación con el abuso, o si tenerlo y dificilmente un niñ@ pueda detectar la diferencia.

Otro consejo es cambiar y/o eliminar las actitudes poco respetuosas que hoy en día se han naturalizado -por ejemplo insultar a l@s amig@s en forma de “broma”, o golpes suaves que ya no se consideran violentos. Está bueno reflexionar sobre esas cositas que hacemos a diario que no son del todo correctas para intentar cambiarlas, simplemente para ser mejores personas. Pero además de esto, cuando somos una referencia para un/a niñ@ o un/a adolescente debemos hacer un esfuerzo extra ya que educamos con el ejemplo. Somos vectores de información a las siguientes generaciones, la información que se decodifica de nuestras acciones.



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