Es claro que participamos en todo momento y toda situación de la educación de l@s pequeñ@s que nos rodean. Con todas nuestras actitudes y nuestros discursos estamos transmitiendo cosas que en mayor o menor medida participan en la construcción de la identidad de l@s más chic@s. Más allá de esta forma de educar, es importante que tomemos una postura activa en lo que respecta la sexualidad. Esto quiere decir que seamos muy receptivos a las tímidas (o no tan tímidas) preguntas que nos hacen, que adoptemos una actitud responsable pero a la vez distendida que favorezca la comunicación. Crear un clima de confianza en el hogar es una de las claves, ya que l@s niñ@s buscarán todas las respuestas posibles para resolver sus inquietudes hasta encontrar una que los convenza. Si en casa no hay respuestas apropiadas (o peor aún, se evitan los temas y no hay respuestas en absoluto), será en otro sitio donde irán a buscarlas.
Deberíamos saber que cuando un/a niñ@ se hace una pregunta en relación a la sexualidad es porque está preparado para conocer la respuesta. Una actitud positiva es enfrentar estas preguntas con sinceridad y con la realidad, con vocabulario apropiado y real -llamando a cada cosa por su nombre, ya que vulva y pene no son palabras que debiesen ofender a nadie, y tomando una postura distendida. Si respondemos con la verdad, será mucho más fácil para l@s niñ@s de comprender. Podemos tomar nuestra propia experiencia para darnos cuenta de que la verdad es más "creíble" y tiene menos chances de ser cuestionada. El cuerpo normalmente sufre muchos cambios a lo largo de la vida, y la mayoría de ellos son un misterio para l@s más pequeñ@s. El cuerpo cambia su forma, crece en altura, aparecen vellos en las piernas, en la cara, en los genitales, crecen las mamas de muchas mujeres, se ensanchan las caderas, el pelo se pone blanco o se cae, etc. A partir de esto se generan muchas dudas... y suman a estas otras dudas que tienen que ver con cuestiones de la sociedad y la cultura como son las parejas, las familias, el género, etc.
Es bueno estar preparado para preguntas que ya sabemos que van a aparecer en algún momento, como la clásica "¿De dónde vienen los bebés?", pero hay que saber que pueden surgir cualquier tipo de preguntas y estas nos encuentren desprevenidos. Si esto sucede no hay que entrar en pánico, sino todo lo contrario... buscar la información necesaria (como lo haríamos en otras áreas), o mejor aún invitar a l@s niñ@s a buscarla juntos: "Que interesante eso que preguntas, no estoy seguro cómo sucede, ¿por qué no lo averiguamos?". Al fin de cuentas, ¡nadie lo sabe todo!
Un asunto interesante, es que muchas preguntas en torno a la sexualidad no son estrictamente científicas (todas las que no involucran aspectos estrictos de biología humana) y depende de nosotros elaborar una respuesta adecuada. En esta categoría hay preguntas como "¿Qué es el amor?", "¿Por qué no me puedo casar contigo Papi?", y también otras que involucran a nuestra moral y creencias personales. Deberíamos tomarnos el tiempo necesario para responder este tipo de preguntas, y retomar los temas si consideramos que no han quedado muy claros.
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