martes, 24 de septiembre de 2013

Orientación sexual

Muchos padres y madres se preocupan porque en el futuro sus hij@s sean heterosexuales. Y generalmente ponen mucho empeño en que no tengan ninguna desviación de lo que se considera normal: es decir que le atraigan personas del sexo opuesto, relativamente de su edad, de una clase social determinada, color de piel, etcétera.

Esta preocupación es natural, al igual que nos preocupamos porque nuestr@s hij@s elijan el camino del “bien” en otros aspectos. Ahora me pregunto… ¿Qué tendrá de malo elegir la orientación sexual libremente? ¿Cual es la parte “mala”?. La orientación sexual es un aspecto importante de la identidad de una persona, y es una cuestión compleja. No implica solamente las prácticas que tiene un ser humano, sino también sus deseos y fantasías. Este último plano de lo que permanece en nuestro imaginario es difícil de evaluar, juzgar y encasillar…. cómo si podemos hacer con las acciones.  Es por esto que según mi punto de vista, la orientación sexual de un individuo tiene una definición más amplia que el sexo biológico de las personas que le atraen, ya que también hay otras características de relevancia (tanto características físicas como la altura, o el color de piel, como características de la personalidad y el carácter). La orientación sexual es “lo” que nos atrae sexualmente.

Vivir una sexualidad plena, implica tener conciencia de las cosas que nos provocan placer, y aceptarnos. Por eso, como padres y madres deberíamos preocuparnos más por este aspecto, de que nuestr@s hij@s se conozcan, se quieran y se acepten y hacerlo nosotros también.

Al igual que otros componentes de la identidad, la orientación sexual se construye hilando todas nuestras vivencias, Por lo que es imposible conseguir una receta para que nuestr@s hij@s decidan según nuestra voluntad. No son las madres sobreprotectoras, las infancias complicadas, ni la ausencia de una figura paterna los disparadores de conductas homosexuales. Ni tampoco el contacto con el universo del género opuesto -niños jugando con muñecas, niñas jugando al fútbol. Tampoco se define en un momento único, se descubre a medida que el individuo crece: porque tiene que ver con el descubrimiento del placer sexual. De pequeñ@s esto se refleja en la influencia de los pensamientos e ideas en el registro corporal. Cosas que nos gustan de otras personas, que nos hacen sonreír, sensaciones nuevas. Y no es que los seres humanos sean heterosexuales per-se de nacimiento, “de fábrica”, es también una orientación sexual elegida. Tal vez con más incentivo de la sociedad, pero elegida al fin.

L@s invito a penalizar menos las actitudes de l@s niñ@s en este área, no discriminar sus ideas y actitudes, para darles libertad de que puedan tomar decisiones auténticas a su sentir, y reflexionar sobre el tema.







lunes, 9 de septiembre de 2013

Límites y libertad

El establecimiento de límites en la crianza tiene un rol crucial para el desarrollo saludable de l@s niñ@s. Tod@ padre/madre se ha preguntado alguna vez ¿Dónde van esos límites? ¿Cuán rígidos o flexibles deberían ser?

Y esas preguntas ayudan a determinar qué límites ponemos. Hay que pensar en el que estos son esenciales para el bienestar de l@s hij@s. Ahora, es importante que una vez decididos estos sean respetados por todas las personas a las que hagan referencia (sean subir o no una escalera, los horarios de la rutina, no hablar con un extraño o lo que sea!). Las excepciones tienen que estar verdaderamente justificadas. Por ejemplo, podemos acostarnos más tarde de la hora límite si hay un cumpleaños o un festejo, de lo contrario hay que respetar el horario.

Para esto se necesita firmeza. Evoco aquí las bases de la disciplina positiva: firmeza y amabilidad. En las primeras etapas de la infancia los límites deben ser establecidos en su mayoría por l@s adult@s, y poco a poco se debe incorporar la opinión de l@s niñ@s en un diálogo de intercambio. Idealmente esto se da hasta que se establecen en conjunto, y luego el adult@ va teniendo cada vez menos participación durante la adolescencia, hasta que el/la joven puede tomar sus propias decisiones completamente autónomas.

Al establecer límites firmes, se genera un espacio virtual en el Universo dónde el/la niñ@ puede ser completamente libre. Este espacio es un “lugar” seguro, porque lo construimos junto con seres que nos aman, está especialmente diseñado para el bienestar. En el inconsciente el/la niñ@ juega más cómodo dentro de este espacio, ya que sabe que corre menos riesgos y tiene menos miedos. Aunque en algunos momentos el/la niñ@ puede dudar de esto, lo más probable es que en el fondo, confíe en que las cosas que no está autorizado a hacer tienen un posible impacto negativo. 

No debemos utilizar las frases de tipo “Más adelante comprenderás porque no te permito hacer tal cosa”, o “Cuando seas padre/madre me dirás que yo tenía razón”. Las experiencias previas y futuras posiblemente le ayudarán a entender el motivo de nuestras actitudes en algún momento dado. Aunque también está la posibilidad de que nuestr@s hij@s en su adultez estén en desacuerdo con algunas de nuestras decisiones previas, ellos tendrán que aceptarlas: ya que cada ser tiene una moral propia.  Otra cosa a tener en cuenta, es que debemos asumir que existe la posibilidad de equivocarnos, por eso los límites deben ser evaluados frecuentemente, y tenemos la posibilidad de modificarlos.

¿Han tenido experiencias donde los límites sean un problema?





martes, 3 de septiembre de 2013

Material muy útil


Comparto con ustedes el hipervínculo de una guía de educación sexual de la primera infancia muy interesante editada y publicada por el ministerio de Educación, Cultura y Deporte de España, redactada por Graciela Hernández Morales y Concepción Jaramillo Guijarro. Es un material muy recomendable para tener a mano...